miércoles, 12 de junio de 2013

Empleo y Discapacidad

El presidente de la ONCE apunta que en pleno apogeo de la crisis, la Organización Nacional de Ciegos generó el año pasado más de 4.000 empleos

Miguel Carballeda Piñeiro (Pontevedra, 1959) dirige desde hace diez años la Organización Nacional de Ciegos Españoles, más conocida como la ONCE. Esta institución surgida el 13 de diciembre de 1938, por iniciativa de «un grupo de ciegos valientes», da trabajo actualmente a 136.000 personas discapacitadas. «Si no existiéramos, la situación de muchas personas del mundo de la discapacidad sería de abandono absoluto», afirma su presidente.
-¿Cuál es el secreto del éxito de la ONCE?
-La gente de nuestro país sabe perfectamente que nosotros tenemos dos tipos de premios que no los tiene ninguna lotería del mundo. Uno es el económico. La gente juega porque necesita el dinero, pero sabe que hay otro premio detrás. Conoce a alguien de su familia, de sus amigos, de la comunidad de propietarios o del pueblo que se ha quedado ciego o en una silla de ruedas y la ONCE le ha echado una mano de una u otra forma. El premio verdadero es que den una oportunidad. Eso es lo importante para nosotros. Fíjate lo que se puede hacer comprando un cupón. Los españoles se han dado cuenta de eso y desde hace 75 años son muy solidarios.
-¿Cómo es la calidad de vida de una persona discapacitada en España con respecto a otros países de nuestro entorno?
-Estamos bien. En otros países es muy difícil verlos en la calle. En España, sin embargo, se los ve todos los días porque salimos a trabajar, a estudiar, a la Universidad, a disfrutar de los ratos de ocio. Eliminar barreras físicas es importante para todas las personas, no solo para los discapacitados, también para las personas mayores. Cuanto más amable sea la ciudad mejor vivimos todos.
-Después de 75 años de andadura, ¿qué barreras quedan por derribar?
-Muchísimas. Siempre hay barreras, siempre hay personas que nos niegan oportunidades. Las barreras físicas de una forma o de otra las podemos arreglar todas -ahora un poquito menos porque la situación es más precaria- pero el problema fundamental son las barreras mentales. De todas formas creo que en España y gracias al trabajo de la ONCE, de su Fundación y de diversas asociaciones de personas con discapacidad, la concienciación, el respeto y la consideración a los ciudadanos con discapacidad es mejor que la mayoría de países. Aún así quedan muchas cosas por hacer.
-¿Cuáles por ejemplo?
-Tenemos una tasa de desempleo mayor que el resto de la población, lo que es una verdadera injusticia. En este país antes de la crisis hablábamos de pleno empleo y no se puede hablar de pleno empleo si no hemos hecho lo suficiente para que se cumplan las leyes. Estoy hablando de la reserva de puestos de trabajo en las empresas para personas con discapacidad. Eso ha sido una carencia de las diferentes administraciones y a veces también de los propios empresarios y de las organizaciones sindicales. Habría que pararse a preguntar, ¿si no estuviera la ONCE y su fundación generando empleo incluso en los últimos seis años de crisis, qué sería de nosotros? El año pasado creamos más de 4.000 puestos de trabajo para personas con discapacidad nadie creó empleo salvo la discapacidad. La pobreza entre los discapacitados en Europa es altísima. En España cambia gracias a que existe la Once.
-¿El aumento de la tributación sobre los premios está afectando a la venta de los cupones?
-Nos está afectando mucho como le advertimos al Gobierno, pero entendemos que la crisis hace tomar decisiones erróneas como estas. La bajada de la recaudación en las ventas tanto para la Lotería como para nosotros ha sido tremenda en el primer cuatrimestre. Ni siquiera se recauda lo que dejamos de vender. El negocio es nefasto y pedimos soluciones. Porque si no la Once pagará las consecuencias y creo que sería catastrófico.
-¿Cuánto ha caído la recaudación?
-La Lotería del Estado, en torno a un 12% y nosotros un 8%. Estamos hablando que se ha perjudicado al juego público, que es el más necesario para los presupuestos del Estado y para el mundo de la discapacidad. Estamos hablando de un compromiso social y, sin embargo, se beneficia el juego privado que se lleva los beneficios a otros países y que está generando en España un problema de ludopatía tremendo. Cuidado con eso.
-Hay entonces menos dinero para repartir entre las diferentes necesidades que atiende la fundación...
-Claro, es que nosotros no tenemos otra fuente de ingresos. En consecuencia, tiembla toda la discapacidad. 

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