Granada, 11 jun (EFE).- La
Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada ha desarrollado
este semestre un proyecto piloto a través del cual ocho personas con
discapacidad intelectual han compartido las aulas con el resto de
alumnos para fomentar la integración.
El pasado
marzo, ocho personas con discapacidad intelectual se integraron como
nuevos alumnos en las aulas de la citada Facultad gracias al proyecto
"El espacio del caracol", pionero en España.
La
Universidad de Granada, la Diputación Provincial y ocho asociaciones que
atienden a personas con necesidades especiales firmaron en el 2012 un
convenio para propiciar que alumnos con discapacidad intelectual
estudien en la Universidad.
El decano de Bellas
Artes de Granada, Víctor Medina, ha detallado que el convenio firmado ha
permitido crear "un vínculo" entre las asociaciones y la Universidad
para "saltar las limitaciones" del acceso universitario, como la
selectividad o las pruebas de acceso.
"El espacio
caracol" se ha materializado este año en la participación de ocho
alumnos con discapacidad intelectual en las asignaturas del primer
curso.
Así, alumnos como Guillermo Cuenca o José
Manuel Cacho, con necesidades especiales, han acudido como cualquier
otro estudiante a clases de dibujo, pintura, escultura o idea y
concepto, con el apoyo de profesores que han adaptado las explicaciones a
sus ritmos de aprendizaje.
"Me han enseñado muchas
cosas, nuevas técnicas. He pintado 'El grito' de Munch, usando colores
muy alegres, que le ha gustado a todo el mundo", ha recalcado Guillermo,
uno de los alumnos.
Uno de los responsables del
comité técnico de "El espacio del caracol", José Antonio Rodríguez, ha
explicado que en los últimos seis años, el proyecto ha superado retos
para incluir en las aulas a personas con discapacidad con una
trayectoria artística previa, que crean "una Universidad en igualdad y
de mayor calidad".
Los alumnos han acudido a una
asignatura del primer curso, con cuatro horas lectivas a la semana
divididas en dos días, y continuarán el próximo curso con el mismo ritmo
pero en clases de segundo curso.
A estos
estudiantes pioneros, que terminarán un recorrido monográfico durante
cuatro años, el mismo tiempo que dura el grado, se sumarán el próximo
curso nuevos alumnos.
"Fue una invitación y un reto.
Se ponen ante el lienzo con seriedad y entusiasmo y nos plantean el
reto de hacerles crecer. Como docente, te dan una lección de humildad
porque te dicen cuándo no te estás explicando", ha recalcado Miguel
Ángel Moleón, uno de los profesores de esta actividad pionera.
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